Leonardo da Vinci (en realidad Lionardo di ser Piero) nació el 15 de abril de 1452 cerca de Vinci, en la región de Toscana, y creció con sus abuelos. A partir de 1466, comenzó un aprendizaje con el renombrado artista florentino Andrea del Verrocchio, donde no solo aprendió pintura, sino también escultura y dibujo técnico. En 1472 se unió al gremio de pintores Compagnia di S. Luca. Sus intereses iban mucho más allá del arte y su capacidad para analizar fenómenos naturales y documentarlos científicamente se manifestó tempranamente en bocetos y notas.
Entre 1482 y 1499, Leonardo estuvo al servicio de Ludovico Sforza, duque de Milán. Aquí trabajó como pintor, escultor, arquitecto e ingeniero. Durante este tiempo, creó algunas de sus obras más importantes, incluyendo el monumental mural La última cena en el convento de Santa Maria delle Grazie. Además, se dedicó a estudios técnicos y anatómicos que quedaron documentados en innumerables bocetos. Sus investigaciones abarcaron hidráulica, mecánica e incluso los primeros diseños de máquinas voladoras.
Tras la caída del dominio de los Sforza, Leonardo regresó a Florencia en 1500 y comenzó a trabajar en su pintura más famosa, La Gioconda. Entre 1506 y 1513, vivió nuevamente en Milán, esta vez al servicio del rey francés. Sus estudios se volvieron cada vez más variados: además de la pintura y la anatomía, se centró intensamente en la arquitectura, la geología y la óptica. En Roma, trabajó a partir de 1513 para los Medici, pero se inclinó cada vez más hacia la ciencia, ya que la competencia con artistas como Miguel Ángel y Rafael lo alejaron del centro de la escena artística florentina.
En 1516, aceptó una invitación del rey Francisco I de Francia y se trasladó al castillo de Clos Lucé en Amboise. Allí fue altamente valorado como un destacado artista y pensador. Aunque sus fuerzas físicas disminuyeron, permaneció creativo hasta el final y escribió numerosos manuscritos sobre anatomía, física y mecánica. Falleció el 2 de mayo de 1519 en Amboise y fue enterrado en la capilla del castillo de Saint-Hubert.
Leonardo da Vinci es considerado el epítome del genio universal. Su habilidad para combinar arte y ciencia lo convirtió en una de las personalidades más influyentes de la historia. Sus pinturas, diseños técnicos y estudios científicos influyeron no solo en el Renacimiento, sino también en generaciones posteriores de artistas, científicos e ingenieros. Su legado sigue vivo en los museos más grandes del mundo y sus visiones continúan inspirando a investigadores y creativos por igual.
El nombre real de Leonardo era Lionardo di ser Pieros, y su nombre conocido hoy indicaría que su lugar de nacimiento fue Vinci. Esta confusión se debe simplemente a que su lugar de nacimiento era mucho más pequeño y, por lo tanto, desconocido para la gente, de modo que ya en vida llevaba el nombre que se utiliza hoy en día.
© REPRODART.COM