Caspar David Friedrich, nacido el 5 de septiembre de 1774 en Greifswald, es considerado el más importante cofundador del Romanticismo temprano y allanó el camino para el desarrollo del arte hasta la Modernidad. Sus obras, caracterizadas por un profundo simbolismo y una atmósfera melancólica, colocan al ser humano en relación con la naturaleza abrumadora. A través de su único manejo de la luz y su dramática puesta en escena de paisajes, creó obras que van más allá de la mera representación y abordan cuestiones existenciales de soledad, espiritualidad y transitoriedad.
Después de su formación en la Academia de Bellas Artes de Copenhague, Friedrich se mudó a Dresde en 1798, ciudad que influyó decisivamente en su creación artística. Allí se relacionó con los principales intelectuales y artistas de la época, incluido Johann Wolfgang von Goethe. Con obras como Monje junto al mar (1810) y El caminante sobre el mar de niebla (1818), se hizo rápidamente conocido y recibió reconocimiento, incluida una membresía en las Academias de Berlín y Dresde.
Aunque Friedrich tuvo inicialmente éxito, su destino cambió a partir de la década de 1820. Sus obras cada vez más sombrías encontraron menos aceptación, y la nueva corriente artística más realista desplazó su lenguaje pictórico romántico. Además, problemas de salud lo obligaron finalmente, en 1835, a abandonar en gran medida la pintura. Sus últimos años estuvieron marcados por dificultades financieras y aislamiento artístico.
Caspar David Friedrich falleció el 7 de mayo de 1840 en Dresde, prácticamente olvidado. Solo a principios del siglo XX su obra fue redescubierta y reconocida como pionera para el arte moderno. En particular, los surrealistas y los expresionistas encontraron en sus paisajes atmosféricos y composiciones simbólicas una fuente de inspiración.
Hoy en día, Friedrich es considerado uno de los pintores de paisajes más influyentes de la historia del arte. Sus obras se encuentran en los museos más renombrados del mundo y cautivan a los visitantes con su profundidad atemporal e intensidad emocional. Su capacidad para representar la naturaleza como espejo del alma lo convierte en uno de los artistas más destacados de su época.