August Macke nació el 3 de enero de 1887 en Meschede y creció en Bonn. Estudió en 1904/05 en la Academia de Arte de Düsseldorf y posteriormente con F. H. Ehmcke en la Escuela de Artes Aplicadas. Durante sus estudios, realizó numerosos viajes que influyeron profundamente en su desarrollo artístico, incluyendo estancias en Italia, Países Bajos, Bélgica y Londres. Tras sus estudios, trabajó inicialmente como escenógrafo en el teatro de Düsseldorf, antes de dedicarse más plenamente a la pintura. Un viaje decisivo a París en 1907, donde conoció a Robert Delaunay, le abrió nuevas perspectivas y le inspiró a experimentar de forma más libre con el color y la forma.
Después de su servicio militar, Macke se casó en 1909 y viajó a Suiza, donde conoció al artista Louis Moilliet. Al mismo tiempo, en Múnich, trabó amistad con Franz Marc y participó en las exposiciones del Blaue Reiter en 1911 y 1912. De regreso a Bonn, se implicó activamente en la escena artística local y fue coorganizador de la Exposición Sonderbund en Colonia, promoviendo el arte moderno al gran público. Un momento clave en su carrera fue su viaje a Túnez en 1914 con Paul Klee y Louis Moilliet, donde la intensa luz y los colores vivos del norte de África enriquecieron aún más su paleta.
Aunque cayó en el frente el 26 de septiembre de 1914, con apenas 27 años, Macke dejó una impresionante producción de más de 500 cuadros y numerosos dibujos. Su arte siempre se centró en la figura humana en escenas cotidianas, integradas en mundos armoniosos y casi de ensueño, realzados por sus vibrantes colores. Macke combinó elementos del impresionismo, el cubismo y el fauvismo en un estilo muy personal, caracterizado por una paleta clara y luminosa.
Las influencias de Henri Matisse, Robert Delaunay y Marc Chagall marcaron profundamente su obra. En especial, su contacto con la pintura simultánea de Delaunay aportó dinamismo y riqueza cromática a su lenguaje pictórico. No obstante, Macke mantuvo siempre su estilo propio, conservando la representación figurativa. Su arte transmite una ligereza y alegría de vivir que lo convierten en uno de los expresionistas alemanes más admirados.
Hoy, August Macke es reconocido como uno de los principales representantes del expresionismo renano. Sus obras se exhiben en prestigiosos museos de todo el mundo y continúan inspirando a generaciones de artistas por sus colores brillantes y composiciones armoniosas, capturando poéticamente la belleza de la vida diaria.