Francisco José de Goya y Lucientes, nacido el 30 de marzo de 1746 en Fuendetodos, cerca de Zaragoza, España, se destacó como un artista rebelde y revolucionario del siglo XVIII y principios del XIX. Iniciando su carrera artística a los 14 años, Goya estudió inicialmente con el pintor barroco José Luzán y Martínez en Zaragoza. En 1763, su búsqueda artística lo llevó a Madrid, donde trabajó en el estudio del pintor de la corte Francisco Bayeu. A pesar del rechazo de la Real Academia Española, Goya continuó sus estudios en Italia, profundizando en el arte barroco y los frescos, y regresó a España en 1771 para obtener sus primeras comisiones significativas.
La carrera de Goya en la corte comenzó con la producción de diseños para la fábrica real de tapices Santa Bárbara en Madrid en 1775. Aquí, bajo la guía del artista alemán Anton Raphael Mengs, comenzó a pintar escenas de la vida cotidiana y pasatiempos aristocráticos, distanciándose gradualmente de las influencias de sus maestros para desarrollar un estilo personal, influenciado por Rembrandt y Velázquez. Goya se convirtió en un retratista codiciado, inmortalizando a funcionarios de la corte y miembros de la aristocracia. En 1780, fue aceptado en la Real Academia y posteriormente nombrado "primer pintor de corte" de Carlos IV, alcanzando la cima de su carrera.
La sordera, sobrevenida en el invierno de 1792, marcó un giro decisivo en la vida y el arte de Goya. Su visión del mundo se volvió más crítica, con una predominancia de colores oscuros y un estilo más expresionista. Durante su convalecencia, se dedicó a crear obras que desafiaban la realidad, como la serie "Los Caprichos". Incluso durante el reinado de Napoleón, Goya mantuvo su posición de pintor de la corte, pero con una mirada crítica, como lo demuestra su serie "Los Desastres de la Guerra". En sus últimos años, se retiró al campo, creando los famosos "Pinturas Negras", antes de ser forzado al exilio en Francia en 1824 debido a la persecución política.
